La biblioteca en el celular
Otro punto de atención para las bibliotecas es la revolución móvil, uno de cuyos
logros es que cada vez más personas acceden a la web desde su celular. Se afirma que
hay más de cuatro millones de celulares en circulación en todo el mundo, con cien
millones de celulares inteligentes como iPhone, Blackberry y Palm Pre. Se espera que
estos móviles sean la principal herramienta de conexión de las personas en el 2020 y,
por lo tanto, las bibliotecas no pueden dejar de tomar en cuenta estas posibilidades.
Algunas de ellas, como las pertenecientes a la University of Nevada at Las Vegas,
Estados Unidos, han incluido en sus planes estratégicos el desarrollo de una interfaz
que brinde al usuario acceso a los recursos de la biblioteca desde su aparato favorito,
particularmente el celular (Liston, 2009; Starkweather y Stowers, 2008).
El principal problema que se presenta es mostrar la cantidad de información que
puede recuperarse en una búsqueda dentro del reducido espacio de la pantalla de
los celulares. Entre las herramientas de descubrimiento, SirsiDynix, AquaBrowser,
WorldCatLocal, VuFind y Scriblio aún no han logrado éxitos en esta área, pero
trabajan en ello. La interfaz móvil de Amazon, que trabaja sobre Windows Mobile
Comisión Sectorial de Enseñanza 27 hace suponer que en poco tiempo podrán consultarse los recursos de la biblioteca desde el celular.
¿Qué se espera en un futuro no muy lejano?
Library of Congress y OCLC, instituciones cuya fuerte influencia
en el medio bibliotecario trasciende las fronteras de su país, están apoyando
decididamente las iniciativas surgidas a partir de las herramientas de descubrimiento,
enfatizando la necesidad de fortalecer la cooperación bibliotecaria y las alianzas
con otros organismos ajenos al medio como Amazon y Google. En este sentido,
podría decirse que el cambio hacia amazoogle en cierta forma ya está en marcha.
Otros autores no dejan de llamar la atención sobre la urgente necesidad de diseñar
interfaces especiales para usuarios con discapacidades (Peters y Bell, 2006),
que parecen olvidados por los diseñadores de catálogos, o bien de distintos grupos
etarios, entre ellos los niños (Abbas, 2005) y los adultos mayores.
Como afirman algunos autores, conocer en profundidad a los usuarios, volver a
los principios básicos de los procesos técnicos y promover la investigación con miras
a la innovación son las principales recomendaciones de varios autores, que ven
este momento como una gran oportunidad para proyectar las bibliotecas hacia el
futuro (Danskin, 2007; Hill, 2008; Ruschoff, 2010).
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